Campaña Habemus Ludum - Primera Jornada

Fríos vientos agitando las velas, barcos surcando las olas mientras levantan regueros de espuma que saltan sobre el mar y empapan las cubiertas atestadas de guerreros hambrientos de sangre y riquezas, es la época de las incursiones, es Saga, es la campaña de Habemus Ludum. Ya tenemos aquí el primer turno.

El joven Ragnar deslizó suavemente su hacha por el aro metálico del que pendía en su cinturón, apartó un instante los ojos de su rival y miró al cielo, donde un cuervo cruzaba volando en ese momento. "Odín le estaba observando". Señaló a aquel caudillo local, galés para más señas, y se dirigió a sus hombres "ese es mío".

Para este primer turno Roberto, Veterano, nos tenía preparado un escenario diferente. Pero mejor que nos lo cuente el mismo:

"El escenario El Desafío, es una adaptación del escenario The Challenge, del primer libro de SAGA 
v1, que ha sido adaptado varias veces a lo largo de los últimos tres años, para poder ser jugado con 
bandas posteriores a las iniciales del primer libro. 

La adaptación de esta campaña, busca que no sea tan determinante empezar el juego, que las bandas con mas pegada no consigan ganar con tanta facilidad en un turno ganando con facilidad a bandas mas defensivas y que la acción se concentre entre los dos señores principalmente, evitando las huidas cuando se va ganando, que eran posibles en V1 y muy fáciles de hacer en V2.

Las modificaciones mas importantes del escenario que se le han aplicado a groso modo son:

  • Adaptar la colocación de escenografía al nuevo reglamento de V2 y que el jugador que juega en segundo lugar dispone de 3 dados SAGA previos al inicio de la partida.
  • Los Señores no pueden ser derrotados por impactos no cancelados, salvo que la diferencia de impactos no cancelados sea superior a 15 puntos entre los conseguidos por uno y otro a lo largo de la partida. De modo que los impactos no cancelados deben llevarse en una cuenta aparte.
  • Las unidades que no son Señor, solo pueden atacar al Señor enemigo si van perdiendo en el tanteo de impactos no cancelados y los Señores no pueden declarar un movimiento que les lleve a mas de M del Señor enemigo, pierden su habilidad de Resistencia (x) y ganan Resistencia (2)."
Como podéis ver se trata del escenario ideal para que nuestros jóvenes Señores se hagan un nombre en combate singular contra sus iguales. A continuación os dejo algunas imágenes de estos duelos:




Tras sacar el hacha del cuerpo inerte de aquel guerrero galés Ragnar miró a su enemigo, el cuerpo sin vida del suelo se sacudió al salir un borbotón de sangre de sus entrañas, mientras el joven vikingo, cansado, lleno de heridas, seguía mirando desafiante a aquel hombre. La mayor parte de sus guerreros estaban heridos o muertos, aquel hubiera sido un buen final de temporada para ellos, un nuevo botín que sumar al ya considerable montón de plata y oro que se amontonaba en sus barcos a la espera de volver a casa, sin embargo había fallado. El odio le empujaba a lanzarse una vez más a por aquel caudillo, sin embargo recordó las palabras de su padre "todo barco necesita remeros". El combate podía reportarle más riquezas, pero también podía dejarlo atascado en aquella maldita isla durante el invierno, huyendo para poder sobrevivir. Escupió al suelo, se dio media vuelta y emprendió el largo camino de vuelta a casa mientras escuchaba de fondo las burlas de sus enemigos.

Comentarios

  1. ¡Oh, que magnífica narración! Pero una cosa es abrir cabezas, o clavar hachas en el vientre, o destrozar el rostro de los enemigos con las patas de briosos corceles; ¿pero escupir en el suelo? imposible, todo el mundo sabe que en las escuelas vikingas se enseña los jueves educación para la ciudadanía. Los viernes enseñan a arrasar y quemar poblados y raptar a las mujeres del enemigo. Todo completamente normal...

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    1. Hay que situarse en el contesto basurillas. No todas las escuelas vikingas enseñaban igual, no había una ley de enseñanza que homologara los estudios, y estamos ante un joven, imprudente y probablemente con la maleducación propia de su edad.

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