Lágrimas de Nastrand

 

“Lo único que se necesita para que el mal triunfe es que los hombres buenos no hagan nada.” Edmun Burke


La aparición del Caos puede darse de muchas formas. A veces irrumpe como un torrente de agua que absorbe y destruye todo aquello que encuentra a su paso. Otras sin embargo se infiltra como un virus en un cuerpo, infectando poco a poco todo cuanto toca, de tal forma que para cuando se detecta su extensión es del todo inimaginable. Los registros imperiales a menudo se encargan de esconder la verdad que existe tras muchos de estos ataques y contrariarlos es firmar una sentencia de muerte. Tal vez ese sea mi destino, pero mi lealtad es para con el emperador, no para aquellos que lo utilizan para imponer su voluntad.

El planeta de Nastrand se sitúa en el sector Gótico. Se trata de un planeta minero-industrial de escaso valor estratégico, quizás por eso los observadores del imperio tardaron en darse cuenta de lo que allí estaba sucediendo. Para cuando el inquisidor Albus se dio cuenta del influjo del Caos, este se había infiltrado hasta lo mas profundo de la sociedad del planeta corrompiendo desde los mineros que allí habitaban hasta las mas altas esferas de gobernancia imperial.

En un primer momento se barajó la posibilidad de exterminar el planeta, sin embargo, el alto valor de las minas de Uridio hizo que se descartara esta opción optándose por un ataque masivo. Hasta tres capítulos de astartes fueron desplegados en el planeta: Lobos Espaciales, Ángeles Sangrientos y Templarios negros junto con un gran contingente de Korps de Krieg.


Ante una fuerza como esta, las tropas corruptas del planeta poco pudieron hacer y el orden imperial se reestableció rápida y brutalmente. Una vez recuperado el control, el inquisidor Albus se encontró ante la diatriba de que hacer a continuación. Un planeta corrompido en su totalidad era algo que el imperio no podía permitirse, pero su destrucción quedaba del todo descartada. Se decidió esterilizar a la población y recluirla en campos de trabajo de tal forma que la producción planetaria no se viera comprometida al mismo tiempo que se continuaba la búsqueda de traidores y se restringía toda opción de que la semilla maligna que pudiera quedar volviera a reproducirse. Por otro lado se estableció un sistema de repoblación con el fin de restaurar el planeta. Esta medida, sin duda brutal, no fue del agrado de los líderes de los Ángeles Sangrientos ni de los Lobos Espaciales, que sin embargo poco podían hacer ante las órdenes del inquisidor.


La tensión era palpable y el orden establecido era tan delicado que hasta la más mínima brisa amenazaba con derribarlo todo. Las revueltas se sucedían entre los habitantes de Nastrand, que se negaban a aceptar la condena de muerte a la que se veían sometidos, mientras las reticencias de los Lobos Espaciales y los Ángeles Sangrientos comenzaban a sembrar dudas entre sus aliados sobre su lealtad. Una noche, mientras los lideres imperiales trataban de dirimir el futuro del planeta, las diferencias entre unos y otros se avivaron. Las voces se alzaron y por poco se vierte sangre cuando el inquisidor Albus insinuó que, quizás, las semillas del Caos que aun se alzaban en el planeta estaban siendo sembradas por los capítulos astartes que diferían de su opinión. Finalmente, se logró controlar la situación y la reunión finalizó sin mas incidentes. Sin embargo, a la mañana siguiente el inquisidor Albus apareció brutalmente asesinado en sus aposentos.


Con esta breve historia mi grupo de juego (no se si ya podemos denominarnos asi) y yo comenzamos una serie de retos mensuales donde trataremos de abarcar todos los aspectos del hobby al mismo tiempo que vamos conformando nuestras tropas y adentrándonos en este universo.

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